Desde que era pequeña siempre me gustaba tener todo muy decorado, con mil millones de velas, de pañuelos colgados por todos lados, cuadros etc. Con el paso del tiempo he llegado a la conclusión de que menos es más, definitivamente. Ahora soy consciente de la belleza que posee lo simple, lo sencillo incluso austero.
Hace unos años comencé a interesarme por un movimiento que había estado descubriendo al que llamaban Minimalismo. Después de leer acerca de este y buscar información por todos lados, decidí que iba a intentar seguir por ese camino. Me fascinaron sus pilares básicos que según lo que había estado investigando eran;
- Eliminar o reducir paulatinamente todo lo que no te hace falta.
- No apegarse a objetos innecesarios, sólo conservar lo imprescindible para la vida.
- Mantener un hogar simple, con pocas cosas, y en general eso extrapolarlo a otros aspectos de tu día a día.
- Realizar compras conscientes.
- Decantarse por experiencias y no por objetos.
- Vivir con calma, manteniendo un equilibrio mental.
Hay muchas más cuestiones destacables de este movimiento, aunque yo básicamente me he enfocado en esos seis. Ya que han sido mi punto de partida en este nuevo estilo de vida, y tampoco hay necesidad de seguir a raja tabla todos y cada una de estas. Debes fluir e ir asimilando cada parte del camino de manera relajada, interiorizándolos, y sobre todo comprendiendo el motivo que te llevó a él.
Una vida simple es otra manera diferente de ver las cosas, de centrarse en lo que verdaderamente te importa y obviar las frivolidades de tu día, de tu entorno.
Yo personalmente he modificado muchas áreas de mi vida, he dejado de comprar cosas innecesarias. En mi armario sólo conservo las prendas que me pongo, donando todo lo que hacía tiempo que no usaba. Con respecto a mis zapatos, bolsos y complementos, en general he realizado la misma operación sólo tengo lo que uso.
Hace poco más de un año me mudé a Madrid, y vi en este nuevo comienzo una oportunidad para deshacerme de todos los objetos inútiles que poseía. Básicamente me he quedado con unos pocos libros, dos o tres decoraciones que tienen un valor sentimental para mi, pero que contemplo descartar en un futuro, y unas cuantas posesiones más. Con el tiempo te das cuenta de que lo material no importa, lo realmente importante son los instantes que atesoras en tu mente, los momentos que recuerdas por siempre y las experiencias que transforman tu mundo, lo demás es pura frivolidad.
En definitiva lo que intento fundamentalmente es ir cambiando cositas a pasos pequeños pero seguros. Ir modificando viejos hábitos, integrando nuevos cambios, analizando mis actitudes , mis compras y en general avanzando hacia una vida sencilla.